22, Jul, 2015 en Odontología

Es una de las múltiples preguntas que se hacen los padres cuando nace su bebé. ¿Le pongo o no le pongo chupete? ¿Será perjudicial para sus dientes o encías? ¿Cómo le calmo entonces?

Desde Isidro y Márquez Estética Dentofacial queremos dejar claro que el chupete no tiene por qué ser perjudicial para los dientes y encías de los bebés, a no ser, claro está, que éste tenga problemas en la mandíbula y en las encías, será entonces cuando el chupete puede agravar el problema.

En situaciones normales, el chupete no provoca daño en las encías de los niños, claro está si el uso de éste no se extiende en el tiempo. De ahí que los especialistas en odontología pediátrica recomienden limitar su uso a partir del año de vida y retirárselo cuando cumpla los 18-24 meses. Si se hace durante ese periodo, los daños que haya podido causar se corregirán antes de los seis meses y no influirán en el crecimiento. Si por el contrario se extiende, el movimiento de succión que hace el niño con el chupete provocará que los incisivos superiores salgan hacia afuera y los inferiores se tuerzan hacia adentro, además de una posible malformación en la mandíbula.

El uso del chupete está recomendado a partir del mes de vida, como método para que el bebé se calme o sacie su ansiedad, así se evitará que el niño use el pezón de la madre y ésta controle sus horas de comida. Además, el uso del chupete también ayudará al bebé durante su periodo de dentición o crecimiento de los primeros dientes. Calmando su dolor y evitando que comience a utilizar el dedo para calmar la irritación de sus encías.

Eso sí, lo que sí desaconsejamos fervientemente es mojar el chupete en zumos, azúcar o miel. Hay mucha gente que lo hace para evitar que el niño llore, pero suele ser un foco de ácidos causantes de las primeras caries.